Un día me pediste sinceridad, decías que me querrías 
aun así no supiste valorar lo que te di, perdone cada mentira que decías,   
olvide cada lagrima derramada…creí en ti y en tus mentiras, 
te demostré tantas veces el amor que sentía aun así no te importo,
 calle tantas cosas, poco a poco iba alejándome de ti, 
ni cuenta te dabas intente hablar contigo tantas veces 
pero nunca quisiste escucharme, creías ser el dueño de mi vida durante un tiempo fue así, mejor que nadie lo sabes,  mi paciencia se agotó no podía más,
 cogí un par de maletas y me lo lleve de ese hogar frio y lleno de mentiras y traición,
 y lo más importante lejos de ti. 
Nuestra ausencia ni te importo, los años pasaban y él crecía rápidamente.
 Después de tantos años nuestras miradas se cruzaron de nuevo,
 tú estabas con ellas ``mi mejor amiga´´ y vuestra hija… 
Y yo con nuestro ángel, bueno mi ángel, él quiso salir corriendo y abrazarte,
 pues te echaba de menos y TÚ ni siquiera le miraste.
 Comprendí que nunca te había importado jamás iba a permitir que destruyeras su vida tan solo era un niño,
 el niño más guapo  y bueno, era tan frágil… 
ese día llego a odiarme con todas sus fuerzas. 
Mi pequeño ángel empezó a ir al instituto, 
ahí fue donde mire el amor por primera vez a los ojos, 
ese amor me hizo comprende que todo el daño y  todo el mal que me causaste solo era una mala racha y que nunca mereciste mi amor,
 no te guardo rencor eres el padre de mi ángel tú le diste vida y él,
 el cariño y el amor de un padre.